viernes, 25 de mayo de 2018

LA CASA GOIKOETXEA DE AZKARATE





Los Goikoetxea Luloaga proceden de la casa Goikoetxea de Altzo (Gipuzkoa), de ella salieron al mundo algunos de los que nos apellidamos Goicoechea. Si a principios del siglo XVI lo empleaban como un apellido compuesto (Goicoechea Luloaga o Luloaga Goicoechea), a lo largo de los siglos se fue simplificando a Goicoechea especialmente en las ramas que se alejaron de Altzo. Solo se mantuvo hasta mediados del siglo XIX como apellido compuesto (Luloaga Goicoechea) precisamente en Altzo, siendo a finales de dicho siglo cuando se simplifico a Luloaga, apellido que conservan algunos habitantes actuales de Altzo.


Lo curioso del tema es que mientras actualmente la casa de Altzo solo se conoce como Goikoetxea, viviendo en la localidad descendientes con el apellido Luloaga, en las primeras referencias escritas correspondientes a documentos de finales del siglo XVI, solo aparece como Luloaga, pese a que sus moradores se apellidaban Goicoechea Luloaga.


¿Como interpretar este aparente galimatías? En otros casos de apellidos compuestos se une el apellido del marido con el de la mujer que hereda la casa, se conserva el nombre del linaje y el de la casa en la que habita, ejemplos de ello encontramos dentro de los propios Goicoechea como en Gaztelu con Miguel Goycoechea Azpillaga (1619) hijo de Pedro Goycoechea y Maria Azpillaga heredera de la casa del mismo nombre. Lo mismo ocurre en Legorreta con Miguel Goicoechea Egia (Siglo XVII) hijo de Miguel de Luloaga Goicoechea y Domenja de Egia, heredera de la casa de Egia.


En otros casos se pierde el apellido del marido, de forma que este y sus descendientes adoptan el apellido de la casa, que corresponde al apellido de la esposa, como ocurre a final del siglo XVI en Altzo en que los descendientes de Martin de Goicoechea y Catalina de Beracoechea adoptan el apellido de la casa que es el de la madre, curiosamente las dos casas existen actualmente y se encuentran muy próximas.


Pero volviendo a la reflexión inicial, ¿se puede pensar que los Goicoechea que vivían en la casa Luloaga procedían de otra casa de nombre Goicoechea? Es un nombre muy común, por lo que en varias localidades del entorno podían existir, ¿pero de una antigüedad anterior al Siglo XVI? Pues si, a apenas 15 kilómetros en línea recta se encuentra la casa Goikoetxea de Azkarate ¿origen de los Goikoetxea de Altzo?, posiblemente nunca se sabrá.


Esto me lleva a hablar de Irati Ezeiza y Yakov Olevsky los actuales propietarios de la casa Goikoetxea de Azkarate, una joven pareja de arquitectos que hace un año emprendió la titánica tarea de reconstruir la casa,  merece la pena echar un vistazo a BADABASERRIBAT en instagram y ver el estado terminal en que se encontraba la hace un año.


Del estudio de la estructura del caserío se puede destacar que originariamente era una casa lagar destinada a producir sidra y que del análisis de la madera se puede establecer que su construcción está en torno a 1450, de igual modo la casa Goikoetxea de Altzo al igual que la mayoría de las casas de Gipuzkoa construidas en el siglo XVI también fue originariamente una casa lagar.


Seguramente Irati y Yakov cuando iniciaron su labor no eran conscientes del significado simbólico de lo que supone mantener la casa en pie. Durante los siglos XV al XVII en todo el norte del territorio vasco la casa constituyo la base de la organización social y su mantenimiento dentro del tronco familiar el objetivo que condicionaba todas las relaciones sociales.


En la casa tradicional vasca quedan reflejados los siguientes principios: protección (material como lugar de habitación, familiar como acogida de un grupo humano y religiosa asimilando casa con templo y lugar de culto); relación (acogiendo a parientes tanto cercanos como lejanos, a personas que no pertenecen al tronco familiar, como amigos y a la servidumbre, y asimismo a los animales domésticos), y autoridad (del propietario con el resto de los miembros de la casa). 

Su objetivo ha sido la conservación de los bienes raíces, sirviendo de enlace entre los tiempos pasados y el futuro. El sistema de transmisión de la casa a un único heredero garantizaba la continuidad y la conservación de la misma y sus propiedades en la familia troncal y evitaba su disgregación como un todo y su posible desaparición con el tiempo. Ha sido por todo ello, una entidad de carácter económico, religioso y social y aglutinadora de conceptos materiales e inmateriales.


La importancia de conservar la integridad de la casa aun a costa de perder derechos sobre la herencia se refleja muy bien en un documento notarial de 1610, en el que los hermanos de Joannes de Goicoechea renuncian a sus derechos hereditarios en favor de su hermano primogénito: 




“PORQUE QUEREMOS QUE EN EL, SUS HIJOS Y DESCENDIENTES SE CONSERVE MEMORIA DE LOS DICHOS NUESTROS PADRES Y ANTEPASADOS Y LA DICHA CASA Y SU PERTENECIDO”  


Por ello, sin saberlo, Irati y Yakov están contribuyendo de alguna forma a lo que durante siglos pretendieron los moradores de la casa Goikoetxea, conservando la casa se conserva la memoria de la misma para todos sus descendientes. Aunque yo no sea uno de ellos solo puedo dar las gracias a esta pareja por lo que están haciendo, después de quinientos años la casa tiene un tejado nuevo, que dure al menos quinientos años más. Eskerrik Asko !