Los
Goikoetxea Luloaga proceden de la casa Goikoetxea de Altzo (Gipuzkoa), de
ella salieron al mundo algunos de los que nos apellidamos Goicoechea. Si a
principios del siglo XVI lo empleaban como un apellido compuesto (Goicoechea
Luloaga o Luloaga Goicoechea), a lo largo de los siglos se fue simplificando a
Goicoechea especialmente en las ramas que se alejaron de Altzo. Solo se
mantuvo hasta mediados del siglo XIX como apellido compuesto (Luloaga
Goicoechea) precisamente en Altzo, siendo a finales de dicho siglo cuando
se simplifico a Luloaga, apellido que conservan algunos habitantes actuales de
Altzo.
Lo
curioso del tema es que mientras actualmente la casa de Altzo solo se conoce
como Goikoetxea, viviendo en la localidad descendientes con el apellido Luloaga,
en las primeras referencias escritas correspondientes a documentos de finales
del siglo XVI, solo aparece como Luloaga, pese a que sus moradores se
apellidaban Goicoechea Luloaga.
¿Como
interpretar este aparente galimatías? En otros casos de apellidos compuestos se
une el apellido del marido con el de la mujer que hereda la casa, se conserva
el nombre del linaje y el de la casa en la que habita, ejemplos de ello
encontramos dentro de los propios Goicoechea como en Gaztelu con Miguel
Goycoechea Azpillaga (1619) hijo de Pedro Goycoechea y Maria Azpillaga heredera
de la casa del mismo nombre. Lo mismo ocurre en Legorreta con Miguel
Goicoechea Egia (Siglo XVII) hijo de Miguel de Luloaga Goicoechea y Domenja de
Egia, heredera de la casa de Egia.
En
otros casos se pierde el apellido del marido, de forma que este y sus
descendientes adoptan el apellido de la casa, que corresponde al apellido de la
esposa, como ocurre a final del siglo XVI en Altzo en que los descendientes de
Martin de Goicoechea y Catalina de Beracoechea adoptan el apellido de la casa
que es el de la madre, curiosamente las dos casas existen actualmente y se
encuentran muy próximas.
Pero
volviendo a la reflexión inicial, ¿se puede pensar que los Goicoechea que
vivían en la casa Luloaga procedían de otra casa de nombre Goicoechea? Es
un nombre muy común, por lo que en varias localidades del entorno podían
existir, ¿pero de una antigüedad anterior al Siglo XVI? Pues si, a apenas 15
kilómetros en línea recta se encuentra la casa Goikoetxea de Azkarate ¿origen
de los Goikoetxea de Altzo?, posiblemente nunca se sabrá.
Esto me
lleva a hablar de Irati Ezeiza y Yakov Olevsky los actuales propietarios
de la casa Goikoetxea de Azkarate, una joven pareja de arquitectos que
hace un año emprendió la titánica tarea de reconstruir la casa, merece la
pena echar un vistazo a BADABASERRIBAT en instagram y ver el estado
terminal en que se encontraba la hace un año.
Del estudio
de la estructura del caserío se puede destacar que originariamente era una casa
lagar destinada a producir sidra y que del análisis de la madera se puede
establecer que su construcción está en torno a 1450, de igual modo la casa
Goikoetxea de Altzo al igual que la mayoría de las casas de Gipuzkoa
construidas en el siglo XVI también fue originariamente una casa lagar.
Seguramente
Irati y Yakov cuando iniciaron su labor no eran conscientes del
significado simbólico de lo que supone mantener la casa en pie. Durante los
siglos XV al XVII en todo el norte del territorio vasco la casa constituyo
la base de la organización social y su mantenimiento dentro del tronco
familiar el objetivo que condicionaba todas las relaciones sociales.
En la
casa tradicional vasca quedan reflejados los siguientes principios: protección
(material como lugar de habitación, familiar como acogida de un grupo humano y
religiosa asimilando casa con templo y lugar de culto); relación (acogiendo a
parientes tanto cercanos como lejanos, a personas que no pertenecen al tronco
familiar, como amigos y a la servidumbre, y asimismo a los animales
domésticos), y autoridad (del propietario con el resto de los miembros de la
casa).
Su objetivo ha sido la conservación de los bienes raíces, sirviendo de enlace entre los tiempos pasados y el futuro. El sistema de transmisión de la casa a un único heredero garantizaba la continuidad y la conservación de la misma y sus propiedades en la familia troncal y evitaba su disgregación como un todo y su posible desaparición con el tiempo. Ha sido por todo ello, una entidad de carácter económico, religioso y social y aglutinadora de conceptos materiales e inmateriales.
La importancia de conservar la integridad de la casa aun a costa de perder derechos sobre la herencia se refleja muy bien en un documento notarial de 1610, en el que los hermanos de Joannes de Goicoechea renuncian a sus derechos hereditarios en favor de su hermano primogénito:
“PORQUE QUEREMOS QUE EN EL, SUS HIJOS Y
DESCENDIENTES SE CONSERVE MEMORIA DE LOS DICHOS NUESTROS PADRES Y ANTEPASADOS Y
LA DICHA CASA Y SU PERTENECIDO”
Por ello, sin saberlo, Irati y Yakov están contribuyendo
de alguna forma a lo que durante siglos pretendieron los moradores de la casa
Goikoetxea, conservando la casa se conserva la memoria de la misma para todos
sus descendientes. Aunque yo no sea uno de ellos solo puedo dar las gracias a
esta pareja por lo que están haciendo, después de quinientos años la casa tiene
un tejado nuevo, que dure al menos quinientos años más. Eskerrik Asko !